Sexto Elemento: volviendo a los orígenes

Teníamos muchas ganar de conocer de cerca el proyecto de la bodega Sexto Elemento, una empresa familiar y pequeña situada en Venta del Moro, un pueblecito que se encuentra en el mismo corazón de la Denominación de Origen Utiel Requena. En su día decidieron no entrar en la D.O. y crear sus vinos fieles a su filosofía: volver a los orígenes de la elaboración antigua. Todo ello intentando extraer la máxima expresión a sus viñedos viejos de la variedad bobal, y no utilizar añadidos químicos, ni en la tierra, ni posteriormente durante la elaboración en la bodega, por lo que sus vinos son “naturales”. Ni siquiera utilizan los famosos sulfitos que se encuentran en el 99,9% de los vinos que consumimos. ¿Cómo lo consiguen? Con un trabajo duro, primero en el campo y después en la bodega.

Sus viñedos cuentan con una media de 70 años de edad, se cultivan de manera tradicional, sin productos estimulantes para la cepa, buscando el equilibrio entre la tierra y la planta, con la naturaleza y la mano del agricultor como ingredientes. Las parcelas se encuentran alrededor del pueblo, aunque Rafa nos confesó que su preferida se encuentra en las colinas que se ven al fondo. Asegura que los 150 metros de diferencia se notan.

Aún así es una zona de mucha altitud y con gran intervalo de temperaturas entre el día y la noche, lo que facilita la lucha frente a plagas, aunque por otro lado el cambio climático no está ayudando, ya que provoca que la uva consiga una madurez alcohólica (ya se han alcanzado los grados que se desean obtener) sin que se haya llegado a la maduración fenólica (el tanino de la uva aún no ha madurado del todo). De hecho, Rafa nos cuenta que la tendencia es que los vinos tengan cada vez mayor cantidad de grado alcohólico, y uno de los retos del futuro será ese: obtener vinos bien madurados sin un excesivo grado de alcohol. Obtienen dos kilos de uva escasos por cepa, y la vendimia y selección de la uva es completamente manual.

La parte del trabajo en bodega es la menos importante pero la más decisiva. Y hablamos de menos importante porque no se puede mejorar lo que la madre naturaleza ha creado. Es por ello que no añaden nada que modifique su sabor. Fermentan sin añadidos químicos y con las levaduras autóctonas, que es la manera antigua y tradicional en la elaboración del vino.

Sexto Elemento intenta conservar ese tesoro que le regala cada fruto sin que se pierdan cualidades. Su forma de trabajo es totalmente artesanal, trabajan bajo la premisa de mínima intervención y no hacen ningún proceso que pueda dañar al vino (filtrado, calentamiento, centrifugados, clarificaciones, etc.). No intervienen prácticamente nada, de esta manera se conserva la auténtica expresión del fruto, sus aromas son originales y su sabor auténtico. La crianza se realiza en barricas de roble francés y americano.

Pero elaborar el vino de esta manera implica un duro trabajo diario, muy pendientes de todo lo que ocurre en la bodega, como fermentaciones y procesos larguísimos, que se hacen de manera natural.

Acabamos la visita disfrutando de los vinos de Rafa en la misma viña, con unas vistas espectaculares de todo el terreno. Ya estamos un poquito más enamorados de esa tierra con un microclima tan especial como es Utiel Requena. Una bonita experiencia.