El oro negro del siglo XXI: el chocolate

Hace poco visitamos la fábrica de chocolates Valor que se encuentra en La Vila Joiosa (Alicante) porque queríamos conocer de cerca la elaboración de este producto que nos encanta y con el que os llevamos haciendo disfrutar con nuestros postres desde hace más de treinta años.

Nuestro vínculo con chocolates Valor y con esta tierra chocolatera se remonta a muchos años atrás, porque llevamos toda la vida trabajando con Valor, porque fue donde se conocieron mis padres hace casi cincuenta años, ya que es la tierra donde nació y creció mi madre. De hecho mi abuela trabajó en una de las veintiocho fábricas de chocolate que habían en Villajoiosa a principios del siglo XX.

En 1881 Valeriano López, conocido como Valor funda el sello de chocolates Valor, hoy en día es la empresa española líder en el sector del chocolate. Con 350 empleados fabrican 18 000 toneladas de chocolate al año, y la fábrica y el museo del chocolate reciben al año más de 80 000 visitas. Hacen el chocolate partiendo de la semilla de cacao que obtienen de la selva de África y de América Central.

Tras una selección del cacao, viene el tostado y el molido, y así obtienen la pasta de cacao, añadiendo el azúcar, la leche y la manteca de cacao, es como obtienen el chocolate líquido. Sus ingredientes básicos son el cacao, la almendra mediterránea y su fórmula secreta.

Entrar en el museo del chocolate de Valor significa retroceder un montón de años atrás, pero siempre imaginando un mismo aroma que nos enloquece porque nos hace a todos un poquito más felices.

Marqués de Murrieta y Baigorri: rioja alta y rioja alavesa

Cada cierto tiempo me encanta volver a La Rioja: «el mayor viñedo concentrado del mundo» porque por muchos años que tengas un vino en la carta, la mejor manera de conocerlo y transmitirlo es haber pisado sus viñedos, olido sus barricas y en definitiva conocer de cerca el proyecto.

En esta ocasión le tocaba el turno a la bodega Marqués de Murrieta, bodega centenaria con la que llevamos toda nuestra historia trabajando y que ha sabido adaptarse a los tiempos y esa evolución se nota en sus vinos desde la primera vista.

Entrar en esta bodega es como entrar en un museo vivo del vino porque su historia se remonta cientos de años, prácticamente desde que recibió el certificado de marca Chateau Ygay en 1898 hasta nuestros días, y porque conservan casi toda la maquinaria y los documentos de tantos años atrás, por lo que andar por su bodega se convierte en un auténtico “viaje en el tiempo”.

Con 300 hectáreas en propiedad, su vino insignia es Marqués de Murrieta Reserva, del que elaboran 1 millón de botellas, aunque también tienen auténticas joyas de mucha menos producción como los Reserva especial blanco y tinto o vinos de alta expresión y gran potencia como Dalmau.

El segundo proyecto a visitar era Baigorri, bodega de reciente creación (año 2002) en la que la gravedad adquiere todo el protagonismo evitando cualquier tipo de remonte mecánico, y que consigue hacer vinos de alta expresión y muy actuales.

Nos cuentan lo importante que es el trabajo en la viña durante todo el año, En invierno llega la poda y eliminan los sarmientos dejando solo las yemas necesarias para el próximo año.

En primavera con la espergura consiguen eliminar parte de la vegetación para un óptimo desarrollo de los brotes.

En verano con el aclareo de racimos consiguen reducir el número de racimos y aumentar así la calidad.

Y llega el momento de la verdad, ahora en la vendimia es cuando tiene que llegar la mejor uva posible a bodega y valorando acidez, azúcar, ph y color consiguen vendimiar en el momento óptimo.

¡Y este año se augura un año excelente en Rioja!

Lanzarote: viticultura extrema.

Hace poquito hemos aprovechado nuestro parón invernal para conocer más de cerca una de las viticulturas más sorprendentes y fascinantes que existen, por la increíble capacidad de adaptación tanto del hombre como de la propia viña a un paisaje de lo más inhóspito, y es que viendo el aspecto lunar del terreno nadie diría que es posible la vida, y la viticultura no sólo lo consigue sino que lo hace dando vinos de gran calidad.

A pesar de librar una gran batalla con la lava en busca de la tierra fértil, y de la escasez de lluvias (la pluviometría media anual es de 150 mm), la viticultura ha sido posible y el milagro se debe en gran medida a la llegada de los vientos alisios que condensan la humedad del océano sobre la porosa ceniza volcánica, que actúa a modo de esponja que retiene el rocío y se lo transmite a las parras durante el día.

En la viña han confeccionado hoyos de hasta dos metros de profundidad en forma de embudo en la capa de ceniza volcánica hasta llegar cerca de la tierra vegetal y en el fondo plantan de 1 a 3 vides por hoyo, construyendo para la defensa de las cepas del viento constante, muros de piedra en forma semicircular de 60 cm. de altura.

La viña, predominantemente Malvasía, está perfectamente adaptada al medio y da una uva pequeña, de escaso rendimiento, pero de gran calidad por su equilibrio, sabor y perfume.

Otras variedades que se elaboran en Lanzarote son: Listán Blanco, Moscatel, Diego, Burra Blanca, Breval, Pedro Ximénez, Listán Negra y Negramoll.

Vendimiando con Rafael Cambra

“Vendimiar es el trabajo más primitivo y humano. Antes incluso de que el hombre aprendiera a cultivar ya era recolector, y frugívoro antes que carnívoro”.

 Extraído del libro «Todo esto te daré» de Dolores Redondo. 

El pasado 5 de octubre hicimos una escapada al corazón de la Denominación de Origen Valencia, Fontanars dels Alforins, donde habíamos quedado con Rafael Cambra para que nos contara sus proyectos en marcha y los sueños que están por venir.

Después de visitar la nave y explicarnos su trabajo de bodega (estaban prensando el forcallà de este año) nos marchamos al campo, a la parcela de la variedad arco de la cual hace el vino Casa Labor y allí nos encontramos a la simpática cuadrilla de vendimiadores trabajando.

Cuenta con 25 hectáreas de viñedo entre propiedad y arrendamiento, de las cuales elabora unos 100 mil kilos de uva. Viñedo rodeado de otros cultivos como son el cereal, el olivo y el almendro.

Apuestan por una viticultura lo menos intervencionista posible, así como por las variedades autóctonas de la zona como son la monastrell, arco, forcallá, además de las foráneas como la cabernet sauvignon y cabernet franc, que se han adaptado muy bien a esa zona.

Los vinos de esta zona reflejan esa calidez y ese sol que tiene el mediterráneo a través de esa fruta roja de color intenso, pero también esa frescura que da la altitud de la sierra de la umbría.

A Rafa le gusta decir que son una bodega de garaje, con los medios bastante limitados, pero dónde lo más importante es la calidad de la uva. Pero tiene en proyecto la construcción de una modesta bodega entre los viñedos de la cabernet franc y cabernet sauvignon. Quizás algún día hablemos del “vino de pago” de Rafael Cambra pero de momento, y con los medios que tiene, está haciendo las cosas más que bien en la terra dels Alforins.

 

 

 

Visitamos Cervezas Fernández Pons, todo un referente en elaboración artesanal

Es lunes 6 de marzo cuando quedamos con Diego Fernández Pons a las 9:30 de la mañana en sus nuevas instalaciones de Godella. Ya hacía tiempo que las ganas nos podían para hacer esta visita a la fábrica de las cervezas del mismo nombre, Cervezas Fernández Pons. Cuando llegamos lo primero que vemos es cómo embotellan el vermut Ciento volando, elaborado a base de vino blanco, azúcar, alcohol y botánicos. Probamos el vino base con el que lo elaboran, que pasando por un filtro y mezclándolo con el resto de ingredientes pasa directamente a botella.

A continuación entramos de lleno en la elaboración de la cerveza. Diego nos cuenta las diferentes clases de cerveza que hacen, y sus diferentes procesos de elaboración.

Los ingredientes para elaborar una cerveza artesanal son los siguientes:

– Malta de cebada, normalmente de tres tipos de esta malta belga, mezclada con cebada fresca de Casas del Rey, aunque en el caso de su cerveza Bola Ocho, seleccionan hasta ocho tipos de malta de cebada, lo que la hace una cerveza mas tostada.

-Agua de Casas del Rey, que nace en el Parque Natural de las Hoces del Cabriel.

-Flor fresca de lúpulo de dos variedades, que se agrega en la cocción en dos momentos diferentes para aumentar la complejidad.

-Levadura fresca, en la segunda fermentación hasta tres millones de levaduras por mililitro. Fue una gozada poder subir al laboratorio para ver con nuestros propios ojos cómo hacen el recuento de levaduras al microscopio.

-No añaden ningún otro ingrediente, ni aditivos ni conservantes.

Una vez explicados los ingredientes, atendemos atentamente al proceso de la elaboración.

La primera fermentación se hace a baja temperatura y en depósito de acero inoxidable. Bajando hasta los 5 grados centígrados se consigue parar la fermentación, y conservando la cerveza durante 4 días a esa temperatura se consigue la sedimentación de sólidos. De este modo no es necesario filtrar la cerveza al embotellar.

La segunda fermentación se produce al quinto día de elaboración. Embotellan sin filtrar una cerveza fría y limpia, con algo de azúcar residual y levaduras dormidas. Dentro de la botella, una vez elevada la temperatura a 20ºC, la levadura termina la fermentación quedando el CO2 atrapado en tu cerveza. Al concluir la fermentación, las levaduras se depositan en el fondo de la botella.

Llegamos al punto clave de la maduración tras esta segunda fermentación. Es en este preciso momento cuando la cerveza se ensambla a temperatura constante en su bodega.

Diego no deja de sorprendernos cuando vemos que también posee un alambique de cobre. Ya que hacen una buena cerveza, ¿por qué no hacer un buen whisky? Así que desde hace un tiempo han empezado también a destilar su propio alcohol de la cerveza, pasándolo a continuación a barrica, donde se mantendrá unos cuantos años antes de que algún día salga al mercado.

Finalmente llega la hora del almuerzo y con él, el momento de catar las diferentes cervezas que elaboran: Altura de Vuelo Bio, Pons, Bola Ocho, y tres cervezas nuevas en las que han añadido diferentes sabores: horchata, naranja y moka. Esta última consigue ese aroma poniendo la cerveza en contacto con chips de madera de roble durante unos quince minutos, que le aporta esos aromas de café o chocolate.

Siempre es un placer pasar un rato escuchando a Diego hablar sobre la elaboración de la cerveza, vino, viticultura y tantas ramificaciones, y ahora que la fábrica se encuentra a apenas 15 minutos de Valencia, no quisimos dejar pasar la oportunidad. Gracias a ello, ahora os los estamos contando.